En el camino, Beijing ha domesticado la ambición de la industria y ha atenuado su ventaja innovadora.
Pero las empresas de tecnología y los inversores también tienen la culpa de quedarse atrás de sus pares de Silicon Valley. Incluso antes de que el gobierno comenzara a imponerles una mano más fuerte, los líderes tecnológicos de China se concentraron en ganar dinero y se mostraron reacios a gastar en proyectos de investigación que probablemente no generarían ingresos a corto plazo. Después de la presión del gobierno en los últimos años, los ejecutivos están aún menos dispuestos a invertir en empresas a largo plazo.
En 2021, Estados Unidos lideró el mundo en inversión privada total en inteligencia artificial y en el número de empresas de IA recién financiadas, que fue tres y dos veces mayor que la de China, según el informe anual AI Index 2022 de la universidad de Stanford.
Pero el gobierno es la barrera más grande para la IA: su obsesión con la censura quizás sea su garrote más duro. La disponibilidad de una amplia gama de datos es fundamental para el desarrollo de una tecnología como ChatGPT, y esto es cada vez más difícil de encontrar en un entorno en línea censurado.
Hay chistes que circulan hoy en día que capturan el estado de ánimo sombrío entre la gente de tecnología. Una popular: “Debemos enseñar a las máquinas no solo a hablar, sino también a no hablar”.
Beijing castiga a las empresas, a veces severamente, para hacer cumplir sus protocolos de censura. Duolingo, que se encuentra en el aparentemente incontrovertido negocio de enseñar a la gente nuevos idiomas, fue retirado de las tiendas de aplicaciones chinas durante casi un año para “mejorar su regulación de contenido”, según informes de los medios chinos.
“Muchos de nosotros en la industria de Internet enfrentamos dos problemas al crear un producto: nuestros productos no incluyen voz o tienen que pasar por mucha censura”, dijo Hao Peiqian, un ex empresario y programador con sede en la ciudad norteña. de Tianjín. “Las grandes empresas pueden permitírselo, pero las más pequeñas no”, dijo. “Si las pequeñas empresas no pueden hacer eso, sofoca la innovación”.
OpenAI, que desarrolló ChatGPT con la ayuda del dinero de Microsoft, no ha puesto a disposición la herramienta en China. Los usuarios de China continental deben usar redes privadas virtuales o VPN para acceder.